En lo que respecta a Chihuahua capital, la percepción de inseguridad bajó de 49.4 por ciento a 44.8, mientras que en Ciudad Juárez descendió de 69.4 a 65.7 por ciento de junio del 2024 a septiembre de este mismo año.
Esto significa que menos de seis de cada diez habitantes de más de 18 años consideraron inseguro vivir en su ciudad, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) que publicó este lunes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El resultado de julio a septiembre es menor al 59.4% de abril a junio y también inferior al de 59.1% de octubre a diciembre de 2023, entonces su menor nivel desde que hay registro, apuntó el instituto autónomo en su informe.
“Lo anterior es un cambio estadísticamente significativo al comparar con septiembre de 2023 (61.4%)”, detalló el Inegi.
La percepción de inseguridad en México alcanzó su nivel más bajo en la historia al final de la gestión de López Obrador pese a un récord de más de 193,000 homicidios acumulados en su sexenio, un ascenso cercano al 23% ante el Gobierno anterior, de Enrique Peña Nieto (2012-2018).
La estadística del Inegi exhibió una persistente brecha de género, con el 64% de las mujeres que reportaron inseguridad frente al 52.2% de los hombres.
La ciudad con mayor percepción de inseguridad fue ahora Tapachula, en la frontera sur de México, donde el 91.9% de sus habitantes reportaron este sentimiento en medio de la disputa del crimen organizado por controlar el tráfico de drogas y personas desde Centroamérica.
Le siguen Naucalpan (88%), Fresnillo (87.9%), Ecatepec (87%) Irapuato (86.4%) y Tuxtla Gutiérrez (85,9%).
En contraste, la ciudad menos insegura fue San Pedro Garza García, el municipio más rico de México, donde solo 13.7% de la población reportó inseguridad.
Le siguieron la alcaldía Benito Juárez de la capital mexicana (17.5%), Tampico (20%), Piedras Negras (20.2%), Puerto Vallarta (21.3%), y Saltillo (21.7%).
Sobre espacios específicos, el 67.3% de la población sintió inseguridad en los cajeros automáticos, el 61.8% en el transporte público, el 53% en las carreteras y el 51.3% en las calles que habitualmente usa y en el banco.