En un momento, el rey —que está en Australia de visita— se detuvo enfrente de la alpaca, vestida con un atuendo real, para acariciarla, pero el animal reaccionó estornudando. El monarca, sorprendido, se apartó, riéndose.
«Al menos no escupió», dijo a medios locales el cuidador del camélido, Robert Fletcher. En cambio, varios internautas bromearon que la alpaca era ‘republicana’ y que, efectivamente, había escupido al rey a propósito.