Decenas de voluntarios y vecinos indignados recibieron con insultos a la comitiva y se encararon con ella, con gritos de “fuera, fuera”, mientras que tanto el rey como la reina intentaron mediar con jóvenes que se les acercaron, en un pueblo donde ha habido al menos 62 muertos por las inundaciones, que provocaron 213 fallecimientos en la provincia, así como un número indeterminados de desaparecidos en el mayor desastre natural en España en lo que va de siglo.
Con la cara manchada de barro, igual que su abrigo, el rey siguió avanzando por una de las calles principales de esta localidad de la zona cero del temporal y trató de tranquilizar a varios de los voluntarios, muy alterados tras cinco días de desastre por la riada.
La reina también dialogó con algunos de los indignados, mientras que seguían los gritos de “fuera, fuera” y algunos insultos dirigidos a todas las autoridades.
Aunque en un principio la seguridad comenzó a abrir paraguas para evitar la caída de barro a la comitiva, posteriormente los cerraron mientras que el rey seguía caminando y deteniéndose a hablar con los voluntarios y vecinos alterados.
La comitiva se rompió y en la cabeza quedaron el monarca y el presidente valenciano, Carlos Mazón, separados del resto. Mientras estaban caminando, decenas de personas les gritaron y les lanzaron objetos y barro. Agentes de Policía y Guardia Civil y militares trataron de contenerlos y proteger a las autoridades. El presidente español Pedro Sánchez fue evacuado después de que le lanzaran un palo.
Sin embargo, los reyes mantuvieron programada su visita a Chiva pese a los incidentes ocurridos en Paiporta, una de las localidades valencianas más afectadas por la DANA, informaron fuentes de la Casa Real.
El presidente valenciano, Carlos Mazón, dijo comprender la “indignación social” ante los efectos de la DANA en la provincia de Valencia y subrayó que su “obligación política y moral” es quedarse “a recibirla”.
En un mensaje en su cuenta de X, destacó que la actitud del rey fue “ejemplar”.