
Las campanas de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe resonarán este miércoles para anunciar el inicio de la Cuaresma.
Con ceniza en la frente y un llamado a la conversión, miles de fieles de la Diócesis de Ciudad Juárez se preparan para recorrer este camino espiritual que los conducirá hasta la Pascua.
En su mensaje pastoral, el obispo J. Guadalupe Torres Campos dirigió unas palabras a toda la comunidad, recordando que la Cuaresma es un tiempo de gracia para renovar la fe, la esperanza y la caridad.
En el horizonte se vislumbra el Jubileo 2025, que invita a todos a ser “Peregrinos de esperanza”, siguiendo la senda de un pueblo que, al igual que Israel en el desierto, camina hacia la Tierra Prometida con la certeza de que Dios lo guía.
El Papa Francisco, en sintonía con este llamado, ha insistido en fortalecer la esperanza no como un simple optimismo, sino como la certeza de que Dios acompaña cada paso. Esa esperanza se cultiva con la oración, que acerca a Dios y permite escuchar su voz; con el ayuno, que enseña a desprenderse de lo innecesario para centrarse en lo esencial; y con la caridad, que abre el corazón al prójimo y lo convierte en un testimonio vivo de amor.
El mundo atraviesa tiempos de incertidumbre. Entre conflictos, crisis económicas y desafíos sociales, la luz de la esperanza se vuelve imprescindible. “Somos llamados a ser luz y consuelo para quienes han perdido la fe en un futuro mejor”, afirmó el obispo, exhortando a la comunidad a fortalecer su compromiso con los más vulnerables.
En cada parroquia, en cada familia, en cada rincón de la Diócesis, la Cuaresma es una oportunidad para sostener a los enfermos, acompañar a los jóvenes en su búsqueda de sentido y extender la mano a quienes viven en soledad.
En este año jubilar, el obispo invitó a vivir la Cuaresma como una peregrinación interior, dejando atrás lo que aleja de Dios y abriendo el corazón a su amor transformador. Pidió a cada comunidad hacer de este tiempo un espacio de reflexión y renovación, confiando en la intercesión de la Virgen María, madre de la esperanza.
La Diócesis de Ciudad Juárez recordó a los fieles la importancia de informarse sobre los horarios en su parroquia más cercana y asistir con disposición para vivir la celebración completa, que incluye oración, proclamación de la palabra de Dios e imposición de la ceniza.
El significado de la ceniza va más allá del rito; es un símbolo de conversión y humildad. Para quienes no puedan acudir debido a enfermedad, trabajo o compromisos ineludibles, se aclaró que no es obligatorio recibir la ceniza, pues lo esencial es la actitud de arrepentimiento y deseo de renovación interior. En algunos hospitales se llevará la imposición de ceniza para aquellos que no puedan trasladarse a los templos.
Este Miércoles de Ceniza marca el inicio de los cuarenta días de preparación para la Pascua. La oración, el ayuno y la caridad se presentan como herramientas para recorrer este camino con la mirada puesta en la esperanza, confiando en que cada paso en la fe acerca más a la luz de la Resurrección, finalizó el clérigo.