
El sábado, una estructura de metal decorativa colapsó y cayó sobre las víctimas, quienes eran fotógrafos y trabajaban para el medio independiente «Mr. Indie», especializado en música alternativa y festivales.
«Berenice y Miguel no son una estadística. Todos nosotros, escritores, fotógrafos, tenemos la herramienta del cambio. Si no exigimos esas condiciones, nadie nos las va a dar. Si no señalamos a las empresas, a las promotoras, a los artistas, nadie lo hará» dijo una de las personas presentes al micrófono.
El nombre de Bere y Miguel, comenzó a circular en redes sociales antes de ser confirmados por organizadores o autoridades. La falta de comunicación oficial, así como el aparente desinterés de las promotoras y medios con los que colaboraban, encendió la indignación entre sus colegas.
“Está cabr… que entre nosotros tuvimos que empezar a buscar. Lo que está más cule… es que ya sabían que era alguien de prensa. Todas las pulseras tienen nuestros datos”, expresó Adriana, fotógrafa musical durante el mitin.
En el evento, los asistentes denunciaron la precarización del trabajo periodístico en festivales: acreditaciones a cambio de fotografías, amenazas veladas por parte de promotores y la falta de reconocimiento formal de la relación laboral. “Está de la verg… que a cambio de un boleto o un crédito en las fotos crean que pueden hacer lo que quieran con nosotros. Somos personas. Nuestro trabajo vale. Nosotros valemos”, se escuchó entre los gritos.
Además, hubo cuestionamientos al silencio de la promotora Echo y a la postura de Mr. Indie. La comunidad expresó su molestia por la ausencia de posicionamientos oficiales y la falta de apoyo a las familias afectadas. “Si no se hubiera hecho un desmadre en redes sociales, el festival hubiera continuado”, dijo una colega. El segundo día del festival fue finalmente cancelado.
La frase que más se repitió entre los asistentes fue clara: “Nosotros también importamos”.
La familia de Berenice Giles aún no ha podido reclamar su cuerpo, señalan.